domingo, 26 de septiembre de 2010

El Terrorismo, la Humillación y los Desafíos para el Sistema Internacional. Por: Alejandro Delgado Vásquez

Trabajo académico presentado en la Maestría de Análisis de Problemas, Políticos, Económicos Internacionales Contemporáneos. Academia Diplomática / Universidad Externado

Por: Alejandro Delgado Vásquez.

Introducción
El terrorismo ha sido utilizado con fines políticos y económicos desde hace mucho tiempo. Existen recuentos históricos que hablan que desde los tiempos de Roma los Sicarii judíos defendían sus tierras de los romanos usando técnicas no convencionales para generar miedo entre sus invasores. Igualmente en el siglo XI, la secta de los Asesinos, una rama de los Ismaelitas, se dispersaron por Siria asesinando prefectos, califas y hasta el Rey Cruzado de Jerusalén con el objetivo de generar pánico y vencer (Laqueur, p. 39).
Actualmente el terrorismo como estrategia de guerra es funcional porque genera un sentimiento de pánico entre las personas que sobreviven al atentado, los cuales a su vez presionan para que se tomen las decisiones solicitadas por los que perpetran dicho acto. Es también una estrategia muy eficiente, ya que causa gran daño y pánico a un costo muy bajo, aparte que los estándares de guerra “decente” no lo cobijan.
Por otra parte, el sentimiento de humillación ha sido estudiado en años recientes y se ha definido como una posible causa del terrorismo, especialmente en el mundo Árabe-Islámico.  Pero, ¿se podría afirmar que es ésta emoción la causa del terrorismo del siglo XXI?, ¿Qué implicaciones o desafíos genera este fenómeno para el sistema internacional?  
Para responder a estas inquietudes se comenzará por discutir sobre la relación entre los sentimientos de humillación y el surgimiento de los derechos humanos, segundo se tratará el tema de cómo los promotores de los valores democráticos y los derechos humanos violan lo que pregonan generando más sentimientos de humillación, más adelante se discutirá sobre como la humillación es posiblemente una fuente del terrorismo del siglo XXI, y para finalizar se tratarán los desafíos para el sistema internacional que genera el terrorismo del siglo XXI.

IA- Humillación y Derechos Humanos
Se debe tener en cuenta que la humillación es un fenómeno relativamente nuevo, el cual surge como consecuencia emocional de la idea de que todos los seres humanos, independientemente de las diferencias que existan, nacen con los mismos derechos y con igual dignidad. Anteriormente, era aceptado un orden natural, donde los privilegiados podían tomar acciones muy fuertes y hasta abusar de sus súbditos, sin que ellos sintieran humillación (Fernandez Arregui, 2008). Por primera vez, hace unos 250 años, gracias a la Revolución Francesa y la Declaración Americana de Independencia, el poner debajo o degradar a otro ser humano se denominaba como injusto ya que violaba un derecho fundamental (Fernandez Arregui, 2008). Comienza en ese momento un cambio sustancial en la moral y la política occidentales, el cual culmina con la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, con lo que pierde validez moral la escala vertical del valor humano que reinaba hasta ese momento. Este cambio causa que el sentimiento de la humillación comience a tener más fuerza entre los pueblos que se sienten dejados atrás o que ven que su situación es inferior a los pueblos privilegiados

IB- Países que pregonan la ampliación de los derechos humanos y la democracia, los violan constantemente, aunando los sentimientos de humillación.
Estados Unidos es el mejor ejemplo de dicha afirmación. Las acciones bélicas preventivas ilegales, en nombre de la democracia y los derechos humanos han logrado que dicho país sea visto como una gran amenaza humillante, más que una potencia que es ejemplo, especialmente en la región Árabe-Islámica.  Se debe tener en cuenta que en dicha región hay un alto crecimiento demográfico, al igual que un crecimiento en el sentimiento de humillación percibido, debido a la caída del Imperio Otomán, el proceso de colonización, y finalmente el establecimiento del Estado de Israel. Moïsi nos afirma que el momento clave para el aumento del sentimiento de humillación en dicha región es cuando se pierde por completo el sentimiento de esperanza después de la Guerra de los Seis Días (Moïsi, Ubicación 1146-1147).
Por otra parte, se encuentran casos como los de Abu Ghraib, el asesinato continuo de civiles en Afganistán e Irak, el tratamiento ambiguo de Estados Unidos a las violaciones de Israel y la base de Guantánamo, entre otros, los cuales según Mark Weisbrot del Center for Economic and Policy Research, son una clara muestra de que este país está perdiendo credibilidad gracias a sus estándares de doble moral y uso de la teoría de Carl Schmitt, al diferenciar claramente entre amigo y enemigo, con los respectivos estándares éticos utilizados, de acuerdo a los objetivos políticos y económicos que se tengan en un momento específico (Weisbrot, 2009). Éstas actuaciones ambiguas generan mayores sentimientos de humillación que a su vez aumentan la probabilidad de que sucedan más actos terroristas.

IIA- La Humillación Como Fuente del Terrorismo del Siglo XXI
Dominique Moïsi define la humillación como una emoción en la que se siente que se ha perdido el control de la vida misma, tanto de forma colectiva, como en la nación, como en el individuo ó en la comunidad religiosa. Esta se exterioriza cuando se percibe que el “otro” se ha inmiscuido en la esfera privada de la vida de uno, para convertirlo en una persona completamente dependiente de el (Moïsi, Ubicación 1027, 1030). Moïsi además afirma que la cultura de la humillación está ejemplificada en el mundo Árabe-Islámico, donde significa “impotencia, el estar destinado a un futuro que contrasta con el pasado glorioso.” (Moïsi, Ubicación 1032, 1035). Este sentimiento puede llevar hacia dos tipos de comportamiento: uno en el que la humillación genera sentimientos de “les probaré que sí soy capaz, les demostraré lo equivocado que estaban al no tenerme en cuenta”, tal como en el Sudeste Asiático, donde la humillación se convirtió en una poderosa herramienta para generar competencia y ganas de mejorar, lo que llevó hacia un gran avance social y económico. La otra cara de la moneda, tal como lo menciona Moïsi, se convierte en “si no puedo alcanzar su nivel, los arrastraré hacia el fondo, voy a demostrarles lo que es el sufrimiento.” (Moïsi, Ubicación 1032, 1035).
En cuanto al terrorismo, su definición todavía no es muy clara y se cuenta con muchos puntos de vista, dependiendo del objetivo político o económico que tenga quien lo define o quien sea su legitimador. Para aclarar este punto, el diplomático libanés Sami Zeidan da el ejemplo de Bin Laden, el cual fue llamado “Freedom Fighter” cuando peleaba contra los Soviéticos en Afganistán, apoyado por la CIA, y ahora está como número uno en la lista de los más buscados terroristas (Zeidan, 2006). Las Naciones Unidas ha tratado de llegar a una Convención en Terrorismo Internacional, pero no ha llegado a un consenso. La definición usada en este ensayo es la que hasta ahora ha utilizado las Naciones Unidas, de acuerdo a la Resolución 49/60 del 9 de diciembre de 1994 - Medidas para Eliminar el Terrorismo Internacional: la cual lo define como “actos criminales intencionales o calculados, que tienen el fin de provocar un estado de terror en la  población, en un grupo de personas o una persona en particular con propósitos políticos. Ningún tipo de estos actos es justificable por consideraciones políticas, filosóficas, ideológicas, raciales, étnicas o religiosas.”
Como se definió en la sección anterior, las ambigüedades y dobles morales demostradas por los países que deberían ser ejemplo, logran que los sentimientos de humillación sean potenciados, especialmente en los países Árabe-Islámicos, en cuya cultura prima la comunidad sobre el individualismo. De esta manera se generan sentimientos de afecto y solidaridad con los vecinos que están sufriendo, lo que tiende a llevar a dichas personas a demostrar su poder para defenderse de maneras no convencionales tales como el terrorismo. Es más, algunos analistas afirman que las acciones terroristas han aumentado desde los actos violentos llevados por Estados Unidos, después del 11 de septiembre del 2001 (Marton, 2005).  Adicionalmente, la profesora de la Universidad de Oslo, Evelin Lindner, da un ejemplo muy claro, cuando se refiere a sus visitas a Ruanda y lo que le decían los habitantes de dicha zona del mundo. El mensaje que le dieron fue el siguiente: “Primero nos colonizan, luego nos dejan con un régimen mal llamado democrático el cual es completamente ajeno a nuestra realidad, luego ven como nos manejan brutalmente regímenes dictatoriales a los que les regalan armas para que maten a la mitad de todos nosotros, y finalmente vienen aquí a medir nuestro sufrimiento con sus científicos sociales” (Lindner, 2001).

IIB- Desafíos para el Sistema Internacional
La visión pesimista de Moïsi sobre el mundo en 2025 genera una manera sencilla de entender lo que hoy son los desafíos para el Sistema Internacional. El uso del terrorismo para combatir el terrorismo es uno de ellos, ya que aumenta la humillación, la cual a su vez acrecienta el terrorismo. Los países poderosos deben ser los que lideren la salida del sentimiento de humillación por parte de los países Árabe-Islámicos, con lo que podrían reducir las posibilidades de uso del terrorismo como herramienta de guerra. Una posición clara y concisa de parte de las potencias sobre la situación en Israel y en Palestina, ayudaría a evitar el avance de la humillación en los países Árabe-Islámicos. Las conversaciones que en este momento se están gestando, con ayuda del Gobierno de Obama, son una buena señal, pero se necesita objetividad para con Israel, ya que este tiende a no respetar los Derechos Humanos, aumentando los sentimientos en su contra. Lo difícil es que el lobby judío es muy poderoso e influyente, pero existe esperanza. Adicionalmente, lograr la difícil tarea de definir al terrorismo con una visión objetiva es también un gran desafío, considerando que los países poderosos actualmente lo hacen de acuerdo a sus objetivos individuales y a sus agendas internacionales. Es por esto que se sigue perdiendo la credibilidad de dichas potencias, las cuales terminan simplemente atacando un síntoma, en vez de la enfermedad en el momento que usan la fuerza, generalmente afectando a la población civil.

Conclusiones
Se podría decir que el sentimiento de humillación tuvo su empuje claro a partir del avance en el conocimiento y puesta en práctica de los Derechos Humanos. Dicho cambio en la estructura vertical en las relaciones sociales logra que aquellos pueblos que actualmente se sienten dejados atrás y olvidados, cuando en el pasado fueron grandes potencias, se sientan humillados. Adicionalmente, si los países poderosos no cumplen lo que predican, en cuanto a la protección de dichos derechos humanos y el avance de la democracia, sólo lograrán aumentar el sentimiento de humillación en aquellos países que actualmente lo padecen. Tercero, el sentimiento de humillación genera una alta posibilidad, sin decir que siempre sucede, de que se cometan actos terroristas. Esto debido a que las personas que se sienten dejadas atrás, vulneradas o apabulladas, sólo tienen una estrategia para defenderse que genere pánico a bajo costo: El terrorismo.
Los súper poderes modernos deberían tomar acciones humanitarias, al igual que cooperativas que conduzcan a una cesación de la humillación. Para comenzar, estos súper poderes deberían tomar las mismas acciones, ojalá no violentas, basados en una misma regla que aplique tanto para sus países aliados, como los que no son aliados. Segundo, dichos países no deberían usar la excusa del terrorismo para perpetrar actos terroristas, tales como invasiones militares, secuestros, golpes de Estado, bombardeos y demás (Marton, 2005). Además, es importante que la definición de terrorismo no esté permeada por las agendas individuales de los países poderosos. Ademas estas potencias deben demostrar que practican lo que predican, con el fin de que sigan siendo los líderes en el desarrollo y avance de la democracia y el respeto por los derechos humanos, evitando ser vistos como unos prepotentes que usan la doble moral, simplemente para su propio beneficio.

Bibliografía 

Fernandez Arregui, S. (2008). Reflexiones sobre el significado social de la humillación. Sicología Política , 29-46.
Laqueur, W. (2003). Una historia del Terrorismo. Barcelona: Paidós Ibérica.
Lindner, E. (2001). Humilliation as a Source of Terrorism. Peace Research , 33-68.
Marton, M. (2005). Terrorism and Humiliation. Beyond Humiliation: Encouraging Human Dignity in the Lives and Work of All People (pp. 1-6). Berlin: Humiliation Studies.
Moïsi, D. (2009). The Geopolitics of Emotion: How cultures of Fear, Humiliation, and Hope are Reshaping the World. Kindle Edition. Nueva York: Doubleday.
Weisbrot, M. (2009, Marzo 11). Washington's Lost Credibility on Human Rights. Bajado Septiembre 14, 2010, from Center for Economic and Policy Research: http://www.cepr.net/index.php/op-eds-&-columns/op-eds-&-columns/washingtons-lost-credibility-on-human-rights/
Zeidan, S. (2006). Desperately Seeking Definition: The International Community´s Quest for Identifying the Specter of Terrorism. Cornell International Law Journal , 491-492.